La madre del menor que murió en una comisaría: “Estoy segura que la Policía golpeó a mi hijo”

Sandra Bravo habló este domingo con El Chorrillero y adelantó que seguirá todos los procesos legales para que se investigue a fondo qué fue lo que pasó. “Mi hijo no tomó esa decisión. Están escondiendo muchas cosas, no puede ser que llamen a reconocer un cuerpo en una celda que está toda oscura; hay muchas cosas que no concuerdan”, dijo.

La mujer dijo que cerca de las 23 del viernes llegó a la Comisaría de Atención a la Niñez, Adolescencia y Familia (Canaf) para que su hijo recuperara la libertad. “Me dicen que lo habían detenido por violar la cuarentena, pero cuando me dan la dirección advierto que es la puerta de mi casa, en Tucumán y Nelson”, ese fue el primero de todos los datos que hasta ahora no cree. Sabe que al chico no lo apresaron por incumplimiento al aislamiento social, preventivo y obligatorio que rige en todo el país.

Sin embargo oficialmente la Policía comunicó que el operativo de detención se efectúa cuando él se encontraba en una actitud “sospechosa de robo”, y con dos cuchillos entre sus ropas. Otro dato que contradice la familia. Ellos aseguran que hay testigos del momento del traslado.

Al adolescente lo llevaron hasta la dependencia ubicada en Pueyrredón 2246, y lo dejaron encerrado en una celda. Bravo llegó cerca de las 23 y cuando se lo estaban por entregar comenzó a notar movimientos raros. Hoy comprende que mientras ella firmaba la documentación de rigor, su hijo ya había fallecido en el calabozo.

“Entraban y salían”, recordó. El movimiento le hizo sospechar que las cosas no estaban bien, pero nadie le daba una explicación. Mientras, la dependencia se llenó de más efectivos, llegó una ambulancia y hasta la morguera.

“Es un dolor inexplicable, no tengo consuelo. Estamos todos destrozados”, manifestó.

También aportó otro dato que la inquieta: “A mi nuera la autorizaron para que identificara el cuerpo, pero en la celda no había luz y los policías iluminaban con los celulares”.

Recién después que le dieran la noticia, Bravo pudo ver a su hijo en la morgue, y entonces no le quedaron dudas: “Tenía moretones en la cabeza, en las orejas y en los brazos. No estaba golpeado de esa manera cuando lo detuvieron. Fue en la misma comisaría, ellos se lo hicieron, estoy completamente segura”.

La versión oficial es que el chico se quitó la vida colgándose con la remera que tenía puesta, desde un barrote de la ventana. “No puedo creer que hizo eso”, agregó la madre.

“A mi nuera le dicen que se había defecado y orinado, pero cuando nos entregaron el pantalón no estaba sucio, entonces no entendemos si estaba vestido o sin la ropa cuando pasó eso. A las zapatillas no me las dieron”, dijo para graficar otras dudas que fundamentan la decisión de denunciar el caso en la justicia.

“Tenemos pruebas para decir que estaba golpeado. En la comisaría los tienen que estar vigilando, cuidándolos, custodiados por alguien, y no tirados atrás como perros”, se quejó.

También dejó en claro que harán “todo lo necesario” para que se esclarezca: “No puede ser que se lo hayan llevado por una pavada y después termine muerto”.

También buscarán asesoramiento legal de un abogado.

El adolescente, había dejado el año pasado el colegio a raíz de que ayudaba a su madre que estuvo ocho meses quebrada. Además, hacía las compras y realizaba trabajos en el hogar.

“Tenemos pruebas para presenta en la Justicia, sacamos fotografías de que estaba golpeado mi hijo”, ratificó y añadió: "En la comisaría los tienen que estar vigilando, cuidándolos, custodiado por alguien, no tenerlos tirados atrás como perros".